Acampadas: cinco reflexiones urgentes desde Oviedo

26.05.2011 14:38

Acampadas: cinco reflexiones urgentes desde Oviedo

 

1. Estamos viviendo un movimiento de masas. Esto no es ni el movimiento anti-OTAN, ni el No a la Guerra, ni la campada contra la presidencia española de la UE, o cualquiera de las luchas contra las diferentes reformas laborales y estudiantiles que venimos padeciendo desde la transición. Es otra cosa. Hablamos de algo que implica a mucha más gente, que la implica de un modo más activo y que implica a todas esas caras desconocidas que nunca antes habíamos visto.

2. El movimiento demuestra que puede haber una respuesta masiva a la crisis diferente del voto a Esperanza Aguirre, Francesc Camps o Álvarez Cascos. Hay mucha gente que no conocemos de nada deseosa de luchar y de señalar a los culpables. ¿Quién nos iba a decir que una parte de esa ciudadanía que asistía impasible a la corrupción y los recortes sociales iba a reaccionar de esta forma tan ejemplar? Ni en mis más delirantes ensoñaciones había imaginado algo así.

3. Madrid es clave. Sin restar importancia al trabajo de las asambleas y campamentos en el resto de España, ha sido el éxito de Sol, el que ha impulsado con fuerza esa multiplicación de iniciativas a lo largo y ancho del país. Las 15 personas que dormimos en Oviedo la primera noche, nos arriesgamos al ridículo y a la lluvia con la confianza de que en Madrid había muchas más.

Es fundamental para entrar en una nueva fase de ofensiva contra el neoliberalismo que aquel denso tejido social madrileño que se ha venido perdiendo desde los años 80 se regenere cuanto antes. El activismo madrileño tiene esa responsabilidad histórica. Es necesario cuanto antes una coordinación federal o confederal del movimiento y sospecho que será Madrid la que tenga que hacer ese llamamiento a una iniciativa común de todas las asambleas.

4. Hace falta paciencia por parte de la militancia más curtida. No podemos pedir ya a un movimiento tan espontáneo que se exprese y piense con nuestras palabras y nuestras ideas. En las asambleas, que a veces son eternas, aterrizan discursos pintorescos que nos pueden recordar a Matrix, a Rosa Díez o al sermón de un telepredicador norteamericano. Con paciencia y mucho respeto, la militancia más veterana tendrá que ir aportando a las discusiones de las asambleas soberanas, contenidos, experiencias y contactos con luchas locales que a menudo la gente recién llegada al activismo desconoce. Lo que aporta la gente que milita por primera vez es frescura, ilusión y ganas. Hay que ir logrando que el feminismo forme parte de nuestra identidad, que quien defina el movimiento como apolítico lo haga mejor como apartidista, y que de la crítica abstracta al poder del dinero y los bancos, pasemos a reivindicaciones políticas concretas. La gente está deseosa de discutir, aprender y movilizarse. De aquí va a salir ese recambio generacional tan necesario para el tejido sociopolítico de este país.

5. No la jodamos ¿Quién sabe cuándo vamos a volver a tener otra ocasión así?

Diego Díaz 

 

 

Fuente: 

https://madrilonia.org/?p=2273